Un ejército de arañas mecánicas de cuatro metros de altura con seis ruedas trincan los contenedores a los pies de las grúas como si fueran piezas de Lego. En Algeciras, el America descargó 1.163 contenedores procedentes de China, Singapur y Corea del Sur. Cargó 24, rumbo al norte de Europa, hacia donde seguía la ruta. Uno de ellos, por poner un ejemplo, llevaba cerámicas valencianas cuyo destino final sería Noruega, previo transbordo en Hamburgo..
Apenas se siente el oleaje, nos hace notar el capitán. Solo le inquietan las ondas a partir de seis metros. Es decir, las propulsadas por un tifón.
Otro día en el calendario, el 29º desde que zarparon de Kwang Yang, en Corea del Sur y estan ya en Algecira, en el primer viaje en este cascarón construido por Hyundai Heavy Industries (empresa líder del sector; Corea es el gran astillero de buques mercantes). Un barco mayor lleva más carga a menor coste. Son décimas por cada unidad. Millones en la cuenta de resultados. La danesa Maersk posee las naves más rotundas del planeta, Emma y sus hermanas, construidas en 2006 con espacio para 15.000 TEU. La próxima generación rondará los 18.000.
En este instante hay cerca de 16 millones de contenedores a bordo de uno de los casi 5.000 barcos portacontenedores que unen las grandes fábricas del mundo con sus ávidos consumidores; las huertas de un hemisferio con las mesas del otro; la chatarra de un país con las fundiciones del lado opuesto. En 2011 se transportaron 1.385 millones de toneladas de mercancías en el interior de estas arcas, un 15% de la carga total por mar (la principal partida tras el petróleo, las materias primas a granel y los cereales, que viajan en cargueros especiales); y se registró un tráfico de 564 millones de TEU, un 9% más que el año anterior. Desde 2000, su uso se ha incrementado un 250%.
China es la gran lanzadera. La fábrica del mundo. El corazón que bombea estos ladrillos de metal pletóricos de manufacturas y los reparte desde sus puertos: Shanghái, Hong Kong, Shenzen En el gigante asiático se localizan seis de los diez puertos con mayor volumen del planeta. En Asia se encuentran los ocho primeros. El continente suma el 60% del tráfico mundial de contenedores. De allí parten las dos grandes autopistas del mar hacia Estados Unidos y Europa. Las arterias por donde circula la sangre que hace girar el mundo; las muescas que agrietan las balanzas comerciales de los países acomodados: por cada 100 euros importados de China, España exporta solo 20. Los barcos arriban de oriente hasta los topes. Regresan con los bolsillos vacíos. Y el precio del flete refleja la asimetría: mover un contenedor de Asia a Europa ronda los 1.250 euros; por poco más de 200 euros le sacas el billete de vuelta.